Ya está aquí otra vez el Día de la Madre, el primer domingo de mayo, que este año cae en 5. No necesitas recordar que día es exactamente, ya que la avalancha publicitaria que recibimos desde semanas antes nos lo recuerda constantemente. Desde las newsletters diarias que entran en nuestros correo con grandes regalos a precios de saldo hasta los espacios publicitarios del Facebook. Incluso los vídeos promocionales del Youtube o de la web de La Vanguardia te recuerdan los mejores perfumes y viajes que puedes regalarle a tu madre.
Los departamentos de marketing al darse cuenta de que sus compradores están actualmente en el móvil, Internet y las Redes Sociales han orientado cada vez más sus estrategias y presupuestos a diseñar campañas online: banners en páginas webs, newsletters masivas a sus bases de datos, publicidad en las Redes Sociales (Facebook, Twitter, Google Adwords, etc.), anuncios publicitarios previos a la emisión de un vídeo en Youtube, en las webs de medios de comunicación con vídeos informativos o en las App's del móvil que son gratuitas, entre otros. Es un bombardeo mediático, el cual terminas por aborrecer, pero que ya te deja en tu subconsciente el mensaje de que el día 5 de mayo es el día de la madre y si o sí tienes que consumir. ¡Sino al final te sientes culpable de no regalar nada!
Nos manipulan psicológicamente para que gastemos dinero. Apelan a nuestros sentimientos más primarios para que consumamos: en este caso al amor hacia la madre. La publicidad te da a entender "si le compras un obsequio la harás feliz", pero queda en tu cerebro la coletilla "¿y si no le compro nada la haré infeliz?". Y al final acabamos consumiendo porque la sociedad ha creado esa necesidad: las madres esperan anhelantes un regalito de sus hijos/as y estos/as regalan por no sentirse culpables y hacer felices a sus madres. Mientras, el mercado de consumo bien feliz porque se embolsilla unos cuantos euros que acaban sumando millones, siempre bien recibidos en una época de crisis como la que vivimos.
La crisis es otro factor a tener en cuenta. Las ventas han bajado en picado y las campañas publicitarias se han vuelto más agresivas. De ahí que incluso un mes antes ya se empiecen a promocionar regalos para el día de la Mater.
Hemos banalizado un día que simboliza a la persona que nos trajo a la vida. En el diario La Opinión se escribe una frase que me pareció perfecta "el amor de una madre es impagable y se recibe sin tener que perdirlo". Entonces, ¿por qué hemos acabado comercializando este día y muchos otros? San Valentín, El Día del Padre, el Día de Sant Jordi, Navidad, los Reyes Magos... Ahora son todo festividades donde el máximo objetivo es comprar, gastar y fomentar el consumismo. Hacer un regalo es un acto en sí bonito y cargado de sentimiento, es para demostrar que alguien te importa mucho y quieres hacerlo feliz con un detalle. Pero hemos llegado a unos extremos enfermizos en que todos estos factores ya dan igual y sólo importa el quedar bien según unos patrones de consumo que el mercado mismo ha creado para que el dinero siempre esté en movimiento y el consumidor gastando.
Laia Cardona
